La familia es la esencia de la sociedad donde aprendemos los buenos y los no tan buenos hábitos que más tarde serán fundamentales en nuestra vida.

Comer juntos en la mesa familiar, padres e hijos es indispensable no sólo en el aspecto nutricional, si no para que se forjen relaciones, aprendan valores y conductas que llevarán a una mejor calidad de vida.

En lo que sigue te comentamos algunos puntos que deberías considerar a la hora de comer con tus hijos.

Cuida la calidad de la comida

Ofreciendo platos hechos en casa para evitar el exceso de sodio (sal), grasa y otros ingredientes pocos saludables. Se pueden realizar preparaciones con variedad de vegetales para acostumbrar, sobre todo a los más pequeños, a comer todo tipo de alimentos.

Cuida el tamaño de las porciones

Cuando comemos en casa, puedes fácilmente controlar el tamaño de las porciones. Si acostumbran comer fuera de casa, tenlo presente a la hora de elegir el menú. Si bien puede ser muy conveniente y ahorra tiempo, por lo general, el tamaño de las porciones que se sirven en los restaurantes es mayor de lo que requiere una persona promedio. Sumado a ello, al presentarse una mayor porción, se siente la necesidad de terminarla.

Mantente alerta a posibles problemas alimentarios

Por lo general nunca pensamos que nuestros hijos van a sufrir trastornos alimentarios y creemos que los problemas siempre están “en la vereda del frente”. Aprovecha el tiempo en que comes con tus hijos y presta atención a pequeños detalles, que pueden ayudarte a detectar la aparición de alergias y desórdenes alimentarios como anorexia y bulimia de manera temprana.

   «Reunirse a comer en familia es un hábito que lleva a una mejor alimentación, a desarrollar relaciones afectivas y sociales más eficaces y sanas, así como a establecer ambientes aptos de convivencia»

Written by : nutrisana

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